Los tendones, músculos, articulaciones, y tu sistema del equilibrio en tu oído interno proveen a tu cerebro de una gran cantidad de información sensorial. En caso de estar efectuando actividades cotidianas como andar, hacer flexiones o una escalada muy muy fácil; tu cerebro procesa esta información de forma inconsciente, y además de una forma muy efectiva.
Por contra, tareas más complejas, como bailar, caminar por un slackline o por supuesto escalar una vía difícil; requieren de una atención consciente a la propiocepción. De hecho, autores como Eric Horst aseguran que el uso intencionado de la propiocepción es lo que separa a los grandes escaladores de los principiantes y escaladores intermedios.
Cuando empiezas a escalar, por supuesto estás usando la información que tu cuerpo te ofrece, pero de una forma burda y poco precisa. Serás capaz de diferenciar un pie grande de uno pequeño, cuando estás más o menos en equilibrio y cuando tus antebrazos se están petando de lo lindo…
Sin embargo, una escaladora avanzada conocerá como debe sentirse una bavaresa perfectamente ejecutada, sabrá a qué frecuencia cardiaca sus antebrazos están recuperándose en un reposo, sabrá diferenciar cuando le duelen los antebrazos de cuando va a haber un fallo muscular involuntario, sabrá determinar cómo y cuándo respirar antes del crux de la vía y sabrá si ha colocado el pie uno o dos milímetros lejos de la posición óptima, porque sabe cómo equilibrar su cuerpo perfectamente.
¿Cómo mejorar la propiocepción?
El ejercicio es sencillo y básico, pero no por eso deja de ser relevante.
Cada vez que practiques un gesto nuevo, un movimiento duro en una vía o un bloque… Conscientemente intenta comparar la sensación, como sientes tu cuerpo cuando lo efectúas de forma eficiente con respecto a cuando lo haces de forma más torpe o usando más fuerza de la que deberías. Cultivar este hábito te va a llevar ser capaz de identificar cada vez sensaciones cada vez más sutiles, y por ello refinar tu técnica cada vez más y más.
The tendons, muscles, joints, and your balance system in your inner ear provide your brain with a great deal of sensory information. In case of being doing daily activities such as walking, doing push-ups or a very very easy climb; your brain processes this information unconsciously, and also in a very effective way. By contrast, more complex tasks, such as dancing, walking on a slackline or of course climbing a difficult route; they require conscious attention to proprioception. In fact, authors like Eric Horst claim that the intentional use of proprioception is what separates great climbers from beginners and intermediate climbers. When you start to climb, of course you are using the information that your body offers you, but in a crude and imprecise way. You will be able to differentiate a large foot from a small one, when you are more or less in balance and when your forearms are hitting a lot ... However, an advanced climber will know what a perfectly executed Bavarian should feel like, will know at what heart rate her forearms are recovering while resting, will know how to differentiate when her forearms hurt from when there is going to be an involuntary muscle failure, will know how and when to determine how and when breathe before the cross of the road and you will know if you have placed your foot a millimeter or two away from the optimal position, because you know how to balance your body perfectly. How to improve proprioception? The exercise is simple and basic, but it is still relevant. Every time you practice a new gesture, a hard movement on a road or a block ... Consciously try to compare the sensation, how your body feels when you perform it efficiently with respect to when you do it more clumsily or using more force than the you should. Cultivating this habit will lead you to be able to identify increasingly subtle sensations, and therefore refine your technique more and more.
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