Es obvio que las piernas son mucho más fuertes que los brazos, y salvo que seas un artista de circo, tu cuerpo está más que acostumbrado a sostener su peso sobre las piernas y no sobre los brazos. Es entonces igual de evidente que en la escalada las piernas deben de hacer la mayor parte del trabajo. La única excepción a esta regla serían los techos, en los que se reparte el trabajo entre el tren superior y el inferior de una forma más equitativa.
Una colocación de pies precisa requiere posicionar el pie de gato en la mejor parte de cada apoyo. Como los ojos están más lejos de los pies que de las manos, el nivel de atención que requiere un buen apoyo de los pies es mayor que en las manos. Además, como con los pies de gato no tienes tanta sensibilidad como con la piel, es muy normal no colocar el gato de forma perfecta. Por eso, desarrollar una colocación de pies impecable requiere mucha atención y constancia.
Centro de gravedad
El otro factor clave sobre la buena técnica de pies es saber alinear tu centro de gravedad de forma que el peso se cargue de forma óptima sobre los pies. Esto se obtendrá de forma distinta según el ángulo y tipo de movimiento. La idea es que no solo basta con colocar el pie de forma precisa y silenciosa en la presa, sino utilizar tu cuerpo para cargar el apoyo de forma efectiva. La eficiencia en el movimiento se obtiene cuando tu vector de masas es perpendicular a la roca y se sitúa dentro de tu área de apoyo (polígono que forman tus extremidades en la roca). En placas tumbadas y verticales esto es posible y deseable. Sin embargo en terreno desplomado no se puede colocar el peso totalmente sobre los pies y se necesita de la combinación del canto externo del gato con la torsión del tronco para acercar tu centro de gravedad a la pared.
De cualquier modo, la clave es tener claro que los pies juegan un papel más importante que las manos escalando, y por tanto durante la escalada deberías prestar más atención a la colocación precisa de pies que te permita moverte bien que al canto al que quieres llegar.
It is obvious that the legs are much stronger than the arms, and unless you are a circus performer, your body is more than used to supporting its weight on the legs and not on the arms. It is then just as evident that in climbing the legs must do most of the work. The only exception to this rule would be roofs, where work is shared between the upper and lower bodies in a more equitable way. Accurate foot placement requires positioning the climbing shoe on the best part of each footing. Since the eyes are further away from the feet than from the hands, the level of attention required for good foot support is greater than that of the hands. In addition, as with climbing shoes you are not as sensitive as with skin, it is very normal not to position the cat perfectly. That's why developing flawless foot placement requires a lot of attention and consistency. Gravity center The other key factor about good foot technique is knowing how to align your center of gravity so that the weight is optimally loaded on the feet. This will be obtained differently depending on the angle and type of movement. The idea is that not only is it enough to place your foot precisely and silently on the hold, but to use your body to load the support effectively. Efficiency in movement is obtained when your mass vector is perpendicular to the rock and is located within your support area (polygon formed by your extremities in the rock). In flat and vertical plates this is possible and desirable. However, on sloping terrain, you cannot place your weight completely on your feet and you need a combination of the outer edge of the jack with the torsion of the trunk to bring your center of gravity closer to the wall. In any case, the key is to be clear that the feet play a more important role than the hands when climbing, and therefore during the climb you should pay more attention to the precise placement of your feet that allows you to move well than to the edge you want to reach.
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